MOTOR

Todo empezó hace más de 15 años cuando empecé a ver carreras de F1. A partir de entonces, los fines de semana se convirtieron en una auténtica locura de adrenalina animando a mi ídolo, Fernando Alonso.

Cada vez me gustaba más la velocidad, las ruedas, la gasolina, la sinfonía de los motores, las revoluciones,... y siempre viviéndolo con mi padre. Mi padre lleva más de 60 años en el sector de la automoción y me ha enseñado y transmitido lo que son los vehículos, obras de arte.

Cada vez seguía más a Marc Márquez sobre dos ruedas, ya no era solo la F1, sino también la MotoGP. ¡No tenía ni un fin de semana libre! Si además le añades las visitas a museos, circuitos, concesionarios, ferias, prueba de coches de competición,... ¡no doy abasto!

No sabría transmitir mis sentimientos los días que suena el despertador para ir a ver una carrera, es inexplicable. Y ya cuando llegas al circuito te entran ganas de echarte a llorar.

Quería saber más, quería saber cómo funciona un vehículo y de que se compone. Por ello, mi padre me ha dado clases de mecánica básica y ya no solo me han gustado los vehículos de 2 y 4 ruedas, si no que he vivido con él lo que es el vehículo industrial y también me ha apasionado.

Ahora todo lo que lleva ruedas y gasolina me emociona.

He tenido la gran suerte de poder vivir mi pasión siempre que he podido y espero que no acabe nunca... ¡solo puedo decir gracias!

Como siempre digo, "¡llevo gasolina en las venas!"

EME.

10/08/23